Pensemos en la identidad o branding de un producto, ¿Qué es lo primero que vemos antes de visualizar el producto como tal?, vemos una marca que representa y diferencia al producto. Con ella viene el nombre, y la imagen a la que usualmente nos referimos como logo, la cual asociamos directamente a la calidad y elementos que componen al producto, pero la verdad es que todos estos elementos conforman el Branding, y va mucho más allá de la imagen.
En un mundo con tanta competencia, la clave es tener un elemento diferenciador, un factor clave que defina el producto ya sea por su calidad o propiedades únicas, y difundir ese mensaje. Construir la marca en torno a ese elemento diferenciador, es casi tan importante como el producto mismo.
Para ello hay que dotarlo con una imagen y una narrativa que realcen ese elemento clave que marca la diferencia, y aquí es donde muchas personas se equivocan asumiendo que con un “logo” basta, cuando en realidad es la narrativa, enmarcada en elementos visuales que representen el producto en cuestión.
Una marca debe contar una historia, debe evocarnos su naturaleza, y su propósito, para trascender y ser más que un simple producto. Solo un profesional en el diseño gráfico será capaz de captar todos estos conceptos abstractos y plasmarlos en un conjunto de elementos visuales que permitan reconocer el producto a simple vista y dotar de una identidad gráfica a la marca.
El logotipo
Llamamos logo es ese elemento al que atribuimos la imagen de la marca, pero en muchas ocasiones no es una definición adecuada, como podemos ver en la imagen, existe el logotipo como tal, el isotipo, el isologo, y el imagotipo. Aunque parezca muy técnico, es importante lograr diferenciar uno del otro, para tener claro qué elementos queremos que identifiquen nuestra marca y como.
Cuando un profesional diseña tu imagen corporativa, no solo te da un logo en realidad te entrega un manual de marca, con instrucciones no solo para ti, sino para terceros de como usar todos los elementos gráficos que comprenden tu marca, es decir, combinaciones cromáticas, tipografías, y por supuesto el logo (isotipo, logotipo, imagotipo o isologo).
Este profesional también diseñará todo lo referente a papelería, tarjetas de presentación, carpetas, folios, cuadernos, bolígrafos entre otros. Así, en el momento que los necesites puedas reproducirlos y todo esté claramente identificado con tu imagen.
¿Por qué es tan importante el branding?
Es importante recalcar, que muchos caen en la tentación de ir a por lo fácil y barato, pedir al “cuñado” que te haga un “logo”, y como podemos ver en la imagen anterior las proporciones cuentan y nuestro cerebro las percibe. En este caso, estos dos isotipos ampliamente reconocidos, no es casualidad que nos resultan tan atractivos, se debe a que están correctamente diseñados tomando en cuenta las proporciones.
Todos estos elementos otorgan uniformidad a la marca, haciendo que sea reconocible y recordable donde sea que esta se encuentre. Y para que sea visualmente llamativa tendrá que cumplir con ciertos requisitos y dimensiones, que quizá a simple vista no se noten, pero influyen ya que nuestro subconsciente siempre buscará proporciones adecuadas en cualquier elemento gráfico.
Lo importante es reconocer que la marca es un activo, que nos identifica y representa, y puede llegar a ser incluso más valioso que el producto en sí, con lo cual vale la pena invertir en un auténtico profesional que dé vida a una imagen que evoque más que un producto, y cuente una historia, logrando que nuestra imagen trascienda.